Reconstrucción del ligamento cruzado posterior
(Cirugía mínimamente invasiva con el uso de un artroscopia)

La rodilla es la articulación que encaja el hueso del muslo (fémur) con el hueso de la pierna (tibia). El ligamento cruzado posterior se encuentra situado en el centro de la articulación y tiene la función de estabilizar la rodilla junto con otras estructuras. Su rotura puede producir episodios repetidos de “fallo” que cursan con dolor y a veces con derrame de la rodilla y que a medio o largo plazo suele provocar una degeneración de la articulación. Muy frecuentemente la rotura del ligamento cruzado anterior se acompaña de otras lesiones en de la rodilla: de los meniscos, del cartílago o delos ligamentos.

 

La intervención consiste en la reconstrucción el ligamento ya sea con otros tendones de la rodilla o con un injerto compuesto de hueso y tendón patelar de su rodilla. Para su anclaje se necesitan realizar unos túneles a través del hueso y su fijación con implantes metálicos y/o reabsorvibles. El objetivo del procedimiento es el de mejorar la función de la rodilla, dotar a la articulación de una mayor estabilidad y retrasar la progresión de las lesiones.

 

La intervención precisa de anestesia general o bien de anestesia raquídea (de cintura para abajo). El Servicio de Anestesia estudiará sus características personales, informándole en su caso cual es la más adecuada.

Para reducir la incidencia de dos de las complicaciones principales: aparición de trombosis en las venas o infección después de la operación, se administrará la medicación oportuna.

CONSECUENCIAS SEGURAS

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  • Después de la intervención presentará molestias en la zona de la herida, debidas a la cirugía o a la adaptación de los músculos de la zona. Estas molestias pueden prolongarse durante algunas semanas, meses, o hacerse continuas.
  • Precisará guardar reposo en cama unos días y posteriormente recibirá instrucciones sobre la rehabilitación a realizar y como utilizar las muletas. Además puede necesitar una rodillera o un inmovilizador durante algún tiempo.
  • En algunos casos es necesaria una segunda operación para retirar los implantes metálicos colocados, cuando provoquen algún tipo de molestias y una vez que hayan cumplido su función.
    Después de la intervención presentará inflamación en la articulación que se traducirá en un derrame más o menos importante y molestias en la zona de las heridas debidas a la cirugía y proceso de cicatrización, que puede prolongarse algunas semanas o meses.
  • Para el éxito de esta intervención es imprescindible la colaboración del paciente en la realización precoz de ejercicios de rehabilitación, de los que recibirá las oportunas instrucciones. Con ello evitará la eventual atrofia muscular, o la corregirá conforme ejercite su musculatura.
DR.-LUIS-SANTAMARIA-Ortopedia-y-Traumatologia-esp
Movimiento es Vida
Dr. Luis Santamaría

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